A la hora de realizar una web es muy importante partir de una base. Si bien a lo largo del desarrollo los colores, efectos y otras características se pueden ir retocando hay ciertos detalles que de primeras hay que tener medianamente claros.
Uno de esos puntos es la estructura de la web, secciones, contenido y lo que nos ocupa aquí, su distribución en la página. Lo habitual es que cuando nos pongamos a realizar un proyecto, el cliente quiera que la web esté lista para ayer. Otra cosa es luego la realidad.